La huella del hombre queda patente en cada construcción o intervención que realiza en su entorno, pero en pocas de ellas permanece tan marcada como en la catedral de Jaca. Casi diez siglos la contemplan, o a la inversa, desde su construcción.
De banco en banco, se sientan para poder mirar pausadamente todo lo que les rodea
El paso de tanto tiempo ha provocado también que artistas posteriores hayan dejado su marca en ella, en el interior y en el exterior, con piezas y acabados únicos y característicos que la hacen referencia necesaria del románico aragonés.
En el interior un grupo de visitantes reciben una rápida y resumida lección de historia, en inglés. Las luces crean una atmósfera misteriosa en sus pasillos y naves y, cuando se apagan porque se ha agotado el tiempo que uno de ellos ha pagado, el contraste, el contraluz con el sol del exterior, la hacen igualmente intrigante.
Dentro el murmullo es constante. La mayoría de los que allí están, hablan bajo para intentar no molestar al devoto. Otros simplemente pasean en silencio y, de banco en banco, se sientan para poder mirar pausadamente todo lo que les rodea.
Al salir por una puerta lateral el contraste es brusco y radical. La plaza está llena de más visitantes que van y vienen con menos orden, que buscan un recuerdo en los puestos y tiendas que los ofrecen o que intentan encontrar al compañero perdido entre la multitud.
Catedral de Jaca
Ambiente en el interior de la Catedral de Jaca – 1’26»
Catedral de Jaca
Ambiente en el interior de la Catedral de Jaca (2) – 0’30»
Catedral de Jaca
Ambiente en el interior de la Catedral de Jaca (3) – 0’59»
Catedral de Jaca
Ambiente en el exterior de la Catedral de Jaca – 0’49»
Huesca Sonora en Vimeo
Fotos
La huella del hombre queda patente en cada construcción o intervención que realiza en su entorno, pero en pocas de ellas permanece tan marcada como en la catedral de Jaca. Casi diez siglos la contemplan, o a la inversa, desde su construcción.
[mantra-pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»33%»]De banco en banco, se sientan para poder mirar pausadamente todo lo que les rodea[/mantra-pullquote]
El paso de tanto tiempo ha provocado también que artistas posteriores hayan dejado su marca en ella, en el interior y en el exterior, con piezas y acabados únicos y característicos que la hacen referencia necesaria del románico aragonés.
En el interior un grupo de visitantes reciben una rápida y resumida lección de historia, en inglés. Las luces crean una atmósfera misteriosa en sus pasillos y naves y, cuando se apagan porque se ha agotado el tiempo que uno de ellos ha pagado, el contraste, el contraluz con el sol del exterior, la hacen igualmente intrigante.
Dentro el murmullo es constante. La mayoría de los que allí están, hablan bajo para intentar no molestar al devoto. Otros simplemente pasean en silencio y, de banco en banco, se sientan para poder mirar pausadamente todo lo que les rodea.
Al salir por una puerta lateral el contraste es brusco y radical. La plaza está llena de más visitantes que van y vienen con menos orden, que buscan un recuerdo en los puestos y tiendas que los ofrecen o que intentan encontrar al compañero perdido entre la multitud.
