Lugar de recuerdo. Cuando se pasea por un cementerio, aunque no se haya conocido a ninguno de los allí enterrados, se muestra respeto por su memoria, por sus vidas acabadas, hayan sido largas o cortas, intensas o anodinas, llenas de bondades o repletas de maldad.
Los nombres leídos y no recordados, las fechas de su fallecimiento, el arte funerario de sus tumbas, nichos o columbarios, el silencio de los visitantes y el aroma de flores, a menudo secas, y la certeza de que es nuestro destino. No importa la religión que se profese, si es que se cree en alguna. El respeto por nuestros muertos, y por los ajenos, forma parte de nuestra cultura y tradición.
Se escuchan pasos lejanos, comentarios de recuerdo, pájaros ajenos y el continuo ir y venir en la autovía que pasa junto a la puerta.
¡Cuántas tumbas olvidadas! Casi tantas como historias no escritas.
Ambiente y pasos
Ambiente y pasos en el cementerio – 1’25»
Visitantes cementerio
Visitantes en el cementerio – 0’40»
Visitantes y niños
Ambiente y niños en el cementerio – 1’08»
Escalera nichos
Escalera de acceso a los nichos – 0’37»
Escalera antigua
Antigua escalera de acceso a los nichos – 0’32»
Huesca Sonora en Vimeo
Lugar de recuerdo. Cuando se pasea por un cementerio, aunque no se haya conocido a ninguno de los allí enterrados, se muestra respeto por su memoria, por sus vidas vividas hayan sido largas, cortas, intensas o anodinas, llenas de bondades o repletas de maldad.
[mantra-pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»33%»]Respeto por nuestros muertos, y por los ajenos[/mantra-pullquote]
Los nombres leídos y no recordados, las fechas de su fallecimiento, el arte funerario de sus tumbas, nichos o columbarios, el silencio de los visitantes y el aroma de flores, a menudo secas, y la certeza de que es nuestro destino. No importa la religión que se profese, si es que se profesa alguna. El respeto por nuestros muertos, y por los ajenos, forma parte de nuestra cultura y tradición.
Se escuchan pasos lejanos, comentarios de recuerdo, pájaros ajenos y el continuo ir y venir en la autovía que pasa junto a la puerta.
¡Cuántas tumbas olvidadas! Casi tantas como historias no escritas.
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