La presencia humana en este valle es milenaria y sus huellas también.
Tras visitar el más que conocido dolmen de Tella, se puede realizar otra ruta típica y característica de esta localidad: la ruta de las ermitas.
Son tres ermitas construidas, dicen, para protegerse de las brujas, numerosas en otras épocas y temidas por sus habitantes. Fuera por lo que fuera, lo cierto es que han perdurado en el tiempo, en medio de un paraje que con las luces del amanecer y del atardecer, se muestra especialmente misterioso.
La ermita de los Santos Juan y Pablo, la ermita de la Virgen de la Peña y la de Fajanillas, construidas en los siglos XI, XVI y XII respectivamente, son la excusa para una pausa para hacer de este corto paseo una larga tarde de misterio y leyenda. Sus puertas se abren quejosas cada vez que se las empuja. Sus cerrojos intentan resistir y proteger su historia. Eso está en nuestras manos.
Ermita Fajanillas
Apertura de la puerta de la ermita de Fajanillas – 0’14»
Ermita Fajanillas
Cierre de la puerta de la ermita de Fajanillas – 0’11»
Ermita S.Pedro y S.Pablo
Apertura de la puerta de la ermita de San Pedro y San Pablo – 0’11»
Tella
Campanas de la iglesia de Tella – 0’31»
Huesca Sonora en Vimeo
La presencia humana en este valle es milenaria y sus huellas también.
Tras visitar el más que conocido dolmen de Tella, se puede realizar otra ruta típica y característica de esta localidad: la ruta de las ermitas.
Son tres ermitas construidas, dicen, para protegerse de las brujas, numerosas en otras épocas y temidas por sus habitantes. Fuera por lo que fuera, lo cierto es que han perdurado en el tiempo, en medio de un paraje que con las luces del amanecer y del atardecer, se muestra especialmente misterioso.
[mantra-pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»33%»]Sus cerrojos intentan resistir y proteger su historia. Eso está en nuestras manos[/mantra-pullquote]
La ermita de los Santos Juan y Pablo, la ermita de la Virgen de la Peña y la de Fajanillas, construidas en los siglos XI, XVI y XII respectivamente, son la excusa para una pausa para hacer de este corto paseo una larga tarde de misterio y leyenda. Sus puertas se abren quejosas cada vez que se las empuja. Sus cerrojos intentan resistir y proteger su historia. Eso está en nuestras manos.