En Anayet las vistas hacia Francia y hacia España son espectaculares. Los colores, vivos y rojizos, se reflejan en las aguas de sus ibones.
Hay fechas en las que a la belleza del paisaje se une la compañía de varias vacas y terneros que pastan tranquila y plácidamente junto a los ibones. Miran confiados a los siempre presentes senderistas y montañeros. Pacen y dormitan al son de sus esquilas que si al principio enturbian la tranquilidad del paisaje, en poco tiempo forman parte de él.
Alguien las ha guiado hasta allí. Algún ganadero que les proporciona pasto y que, dentro de no mucho, deberá subir para buscarlas y llevarlas de nuevo hacia paisajes menos violentos durante el invierno.
Ganado en Anayet
Ganado junto a los ibones de Anayet – 0’44»
Ganado en Anayet
Ganado pastado junto a los ibones de Anayet – 0’28»
Huesca Sonora en Vimeo
En Anayet las vistas hacia Francia y hacia España son espectaculares. Los colores, vivos y rojizos, se reflejan en las aguas de sus ibones.
[mantra-pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»33%»]Pacen y dormitan tranquilas al son de sus esquilas[/mantra-pullquote]
Hay fechas en las que a la belleza del paisaje se une la compañía de varias vacas y terneros que pastan tranquila y plácidamente junto a los ibones. Miran confiados a los siempre presentes senderistas y montañeros. Pacen y dormitan al son de sus esquilas que si al principio enturbian la tranquilidad del paisaje, en poco tiempo forman parte de él.
Alguien las ha guiado hasta allí. Algún ganadero que les proporciona pasto y que, dentro de no mucho, deberá subir para buscarlas y llevarlas de nuevo hacia paisajes menos violentos durante el invierno.