El embalse de La Peña debe su nombre a la peña sobre la que se levanta la presa y a través de la cual, por distintas galerías excavadas en la misma roca, realiza el desembalse de nuevo al cauce del río Gállego. Fue construido entre 1904 y 1913 con la función de regular este río justo antes de entrar en el desfiladero que discurre junto a los mallos de Riglos.
Llama la atención al tomar la última curva bajo un pequeño túnel llegando desde Murillo de Gállego, el puente que salva el vaso del embalse construido por Severino Bello siguiendo la arquitectura ferroviaria de la época y que tan sólo unos kilómetros más adelante, en La Peña Estación, se repite pero en esta ocasión para permitir al ferrocarril, el mítico ‘Canfranero’ salvar el cauce hacia (o desde) Riglos.
Hoy nos hemos detenido en el primero, en el puente carretero y en la presa que contiene sus aguas. Aquí el zumbido del caudal es constante provocando la sensación y la certeza de fuerza aguas abajo y contrastando con la belleza y armonía del embalse a poco más de cincuenta metros por encima de él.
En una de las galerías excavadas para su construcción, nada más atravesar la presa, el agua filtrada a través de la roca gotea lentamente sobre los charcos del piso y el ruido del caudal que escapa del embalse retumba amortiguado en su interior.
Ambiente en la presa del Embalse de La Peña – 0’45»
42 22.985N – 0 44.133W
Interior de una galería excavada en la roca junto a la presa – 1’42»
Agua golpeando al abrigo del viento en la presa del Embalse de La Peña – 1’31»
Huesca Sonora en Vimeo
Fotos
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El embalse de La Peña debe su nombre a la peña sobre la que se levanta la presa y a través de la cual, por distintas galerías excavadas en la misma roca, realiza el desembalse de nuevo al cauce del río Gállego. Fue construido entre 1904 y 1913 con la función de regular este río justo antes de entrar en el desfiladero que discurre junto a los mallos de Riglos.
[mantra-pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»33%»]Sensación y certeza de fuerza aguas abajo contrastan con la belleza y armonía del embalse[/mantra-pullquote]
Llama la atención al tomar la última curva bajo un pequeño túnel llegando desde Murillo de Gállego, el puente que salva el vaso del embalse construido por Severino Bello siguiendo la arquitectura ferroviaria de la época y que tan sólo unos kilómetros más adelante, en La Peña Estación, se repite pero en esta ocasión para permitir al ferrocarril, el mítico ‘Canfranero’ salvar el cauce hacia (o desde) Riglos.
Hoy nos hemos detenido en el primero, en el puente carretero y en la presa que contiene sus aguas. Aquí el zumbido del caudal es constante provocando la sensación y la certeza de fuerza aguas abajo y contrastando con la belleza y armonía del embalse a poco más de cincuenta metros por encima de él.
En una de las galerías excavadas para su construcción, nada más atravesar la presa, el agua filtrada a través de la roca gotea lentamente sobre los charcos del piso y el ruido del caudal que escapa del embalse retumba amortiguado en su interior.