Poco que no se haya dicho ya se puede decir del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Estamos estos días en Broto realizando distintas grabaciones y a ver quién puede resistir la tentación de llegar hasta Ordesa estando en sus puertas… Nosotros al menos, no.
Todavía no es verano y podemos llegar hasta la pradera con nuestro coche. Lo más complicado es aparcar… El día está “fosco” y más nublado que otra cosa, incluso con riesgo de tormenta según nos dice uno de los guardas, pero eso no nos impide dar aunque sea un pequeño paseo hasta las cascadas que el río Arazas nos ofrece a una hora de camino, una vez que ya ha hecho su recorrido por las Gradas de Soaso un poco más arriba.
Hoy baja espectacular. El deshielo y las últimas lluvias proporcionan un ruido sordo durante todo el recorrido. A duras penas podemos escuchar a algún pájaro en el bosque. Cuando llegamos a la cascada de la Cueva el ruido ya se convierte en ensordecedor. El aporte al río es continuo por todos los barrancos y arroyos, inexistentes durante la mayor parte del año.
A la vuelta hacia la pradera, por la margen izquierda del Arazas, observamos el circo de Cotatuero y su cascada que esta temporada, aún vista desde abajo, es también impresionante; hace un año tan sólo eran visibles las piedras erosionadas por ella indicando su recorrido.
Los sonidos elegidos en este trayecto ofrecen el ruido sordo del Arazas en su camino hacia el Ara, el trinar en el hayedo con el sonido del cauce de fondo y el rugir de la cascada de la Cueva, violenta como en pocas ocasiones.
El río Arazas ruge y baja crecido por el deshielo – 0’45»
Hayedo
Trinar en el hayedo de Ordesa con el Arazas de fondo – 0’56»
Cascada de la Cueva
Atronadora caída de la Cascada de la Cueva en el Arazas – 0’58»
Ver Río Ara. Ordesa en un mapa más grande
Poco que no se haya dicho ya se puede decir del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Estamos estos días en Broto realizando distintas grabaciones y a ver quién puede resistir la tentación de llegar hasta Ordesa estando en sus puertas… Nosotros al menos, no.
Todavía no es verano y podemos llegar hasta la pradera con nuestro coche. Lo más complicado es aparcar… El día está “fosco” y más nublado que otra cosa, incluso con riesgo de tormenta según nos dice uno de los guardas, pero eso no nos impide dar aunque sea un pequeño paseo hasta las cascadas que el río Arazas nos ofrece a una hora de camino, una vez que ya ha hecho su recorrido por las Gradas de Soaso un poco más arriba.
[mantra-pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»33%»]El deshielo tardío y las lluvias hacen ahora a Ordesa todavía más especial y espectacular[/mantra-pullquote]
Hoy baja espectacular. El deshielo y las últimas lluvias proporcionan un ruido sordo durante todo el recorrido. A duras penas podemos escuchar a algún pájaro en el bosque. Cuando llegamos a la cascada de la Cueva el ruido ya se convierte en ensordecedor. El aporte al río es continuo por todos los barrancos y arroyos, inexistentes durante la mayor parte del año.
A la vuelta hacia la pradera, por la margen izquierda del Arazas, observamos el circo de Cotatuero y su cascada que esta temporada, aún vista desde abajo, es también impresionante; hace un año tan sólo eran visibles las piedras erosionadas por ella indicando su recorrido.
Los sonidos elegidos en este trayecto ofrecen el ruido sordo del Arazas en su camino hacia el Ara, el trinar en el hayedo con el sonido del cauce de fondo y el rugir de la cascada de la Cueva, violenta como en pocas ocasiones.